Las fajas de seguridad son grandes aliadas a la hora de mantener la espalda sana. Cuando nuestro trabajo exige de más los músculos de la zona, usar una faja de calidad puede ayudarnos a lograr estabilidad en la postura y minimizar la tensión muscular que usualmente deriva en dolores lumbares.
Existen algunos tipos de actividades que usualmente requieren un mayor esfuerzo de los músculos lumbares. En general, se trata de trabajos que fuerzan la musculatura a partir del levantamiento de peso, la repetición de ciertos movimientos como rotar la columna, o la adopción de una postura que no respeta la curvatura natural de la espalda.
Por ejemplo:
•Un repositor que trabaja varias horas cargando y descargando mercadería de una góndola.
•Un trabajador de la construcción que alternativamente realiza tareas de fuerza agachado, inclinado o de costado.
•Un deportista que necesita levantar peso como parte de su entrenamiento.
•Un empleado del sector logístico que carga y descarga paquetes, cajas u otros elementos pesados.
•Un oficinista cuyo trabajo de escritorio lo mantiene toda la jornada sentado.
Para estos casos, una faja de seguridad puede contribuir a prevenir el dolor de espalda, aunque ninguna faja puede por sí sola evitarlo. El uso de fajas siempre debe estar acompañado de hábitos posturales saludables.
Los dolores en la parte baja de la espalda, cuando aparecen, también pueden ser aliviados con fajas que ayuden a estabilizar la zona y aporten calor terapéutico.
Las fajas actúan como soporte, pero también son un recordatorio eficaz de que una actividad requiere ciertos cuidados posturales.
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